En esta ponencia, María Fernanda cuenta en primer
lugar cómo empezó a escribir. Lo hizo en un diario, pero incapaz de verse
inspirada para contar su día a día, decidió crear una historia, la cual iba
escribiendo en su diario. Y fue escribiendo como se dio cuenta de que podía
conectar con sus emociones.
El descubrimiento de las emociones debe llevarse a
cabo de manera individual y a través de nuestras experiencias, pero es cierto
que la cantidad de emociones que podemos vivir en un momento especial es
complicado explicarlas con palabras. Como dice Heredia, las palabras se quedan
cortas a la hora de intentar contar las emociones, y es entonces cuando comienza
la literatura, pues esta hace que el lector se deje llevar y consiga
experimentar los sentimientos, sobre todo cuando se ve reflejado en un
personaje o en una historia.
Aunque es cierto que la literatura no enseña nada,
sin duda es necesaria para entender el mundo y los profesores tienen la suerte
de vivir de manera directa como sus alumnos más jóvenes descubren sus emociones
a través de las primeras lecturas de su vida.
La autora termina la ponencia leyendo su cuento Por si no te lo he dicho, dedicado a su
hermana.
“La literatura infantil es el primer flechazo con la
vida.”
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